Sí
es cierto, al estar identificados con el mundo de las ideas con esa sensación
de que no son autores de su existencia, sino víctimas de unas circunstancias y
voluntad externa, los ha llevado a creer que todo lo malo debe suceder y lo
bueno no, por ello aún cuando las circunstancias son favorables, en medio de un
sueño que se hace realidad, la mente insiste en prever, en pronunciar una
posibilidad, una idea y hasta un hecho negativo.
El
miedo, esa sensación y angustia que presagia algo negativo que va a suceder, no
es malo, es una emoción que como todas las que generamos es una herramienta,
una herramienta que nos recuerda que estamos identificados con el mundo de las
ideas y no, con nuestra verdadera escencia: el amor, la libertad, el universo mismo
en plenitud.
No
califiques el miedo, no califiques ninguna de tus emociones, todas son puertas
que se abren para enseñarte, para darte espacio a crecer y a creer.
Cuando
te sientas poseída por el miedo, detente, detente y observa sin juicio las
emociones, las sensaciones que estas viviendo, trata de observar su origen y
obsérvalo, obsérvalo largamente y llegará el momento en que se trata solo de un
juego, de esa necesidad de tener una nube ante los ojos, esa adicción a sentir
ansiedad, como si la única forma de ser feliz fuera la solución de una
fatalidad.
La
felicidad no es una emoción en el
futuro, no es la zanahoria que perseguimos durante toda la experiencia vital,
la felicidad es la emoción natural a tú ser, a tú escencia, la felicidad es el
estado permanente de regocijo al que está llamado el ser de amor que eres, la
felicidad no es un premio, es parte de tú naturaleza.
Cuando
no experimentas en cada una de las experiencias que vives la felicidad, es
porque te niegas a reconocer el amor universal reflejado en todo y en todos, es
porque cierras tus sentidos a tú naturaleza divina, a tú poder creativo.
Cuando
eres consciente de tu poder creativo, del amor universal que se manifiesta de
manera permanente por medio tuyo y de todos tus hermanos, en ese momento cada
experiencia es un motivo de felicidad y tú poder creativo se potencializa, se
dispone a seguir multiplicando las experiencias de felicidad y gratitud para ti
y todos tus hermanos.
Observa
al miedo, observa la emoción, reconoce en él la oportunidad que hay de
reconocerte, de saber cómo estás
manejando tú potencial creativo, siente gratitud por ese miedo, por esa
emoción, porque en ello se te abre una puerta a avanzar, a crecer, a creer y a
crear, ese miedo ha venido a ayudarte a crear la experiencia que deseas, si lo
dejas sin juzgarlo, solo observándolo, el miedo tiene mucho que enseñarte,
tiene muchas lecciones que darte para potencializar tú poder creativo, para
despejar el camino de dudas, para que cada instante seas más consciente de que
eres UNO en el amor con Dios y con todos tus hermanos y que tú poder, como
parte del infinito es libre e infinito.
No
juzgues al miedo, no es tú enemigo, es una voz que te habla, que te abre una
puerta, que te muestra un camino.
Desde
el amor, para el amor y por el amor.
TÚ
AMIGO COMÚN